Santander, señorío y elegancia frente al Cantábrico
Santander es una de las ciudades más atractivas de la cornisa cantábrica. Una ciudad que he tenido la suerte de visitar varias veces y que siempre que voy me conquista por los ojos y por el estómago. Y es que, a sus elegantes monumentos y casas señoriales frente a la playa, debemos añadir una excepcional gastronomía basada en los productos de la tierra, y que aúna lo mejor del campo y el mar cantábrico. En este artículo os voy a contar qué ver en Santander para que disfrutéis de una fantástica jornada de la capital de Cantabria.
? Alojamiento en Santander
Santander es una ciudad que se presta a una escapada de fin de semana o al menos disfrutar de su ambiente nocturno. Por eso, os propongo dos alojamientos muy recomendables:
- Gran hotel Victoria. Si buscáis un hotel en primera línea de playa y al mejor precio, este es vuestro sitio. Hotel de cuatro estrellas, bien situado y con habitaciones amplias. Resérvalo al mejor precio AQUÍ.
- Urban Suites Santander. Moderno alojamiento con preciosas habitaciones decoradas con muy buen gusto y a escasos 100 metros de la playa. Cuenta con un parking público muy cercano por tan solo 10€/día. Encuentra tu oferta con cancelación gratuita AQUÍ.
13 sitios que ver en Santander en un día
Faro de Cabo Mayor y los acantilados
Una buena manera de empezar el día en Santander es empezar paseando por el Faro del Cabo Mayor. Podéis acceder en coche hasta la misma base del faro, pero si vais en plena temporada alta quizá tengáis que aparcar en el parking que hay unos 500 m antes de llegar. Junto al faro hay una cafetería con una fantástica terraza mirando al cantábrico. Alrededor del faro se puede pasear a lo largo de la costa disfrutando de unas vistas espectaculares de los acantilados.
Playa de Mataleñas
Desde el faro surge un sendero que conduce hasta esta recóndita playa, una de las menos conocidas de Santander. Este pequeño arenal de apenas 200 m de largo está escondida en una ensenada entre riscos. Para acceder a ella hay que bajar por unas escaleras. Es el mejor sitio para tomar el sol si se quiere tener un poco más de tranquilidad.
Playa del Sardinero
Es la playa más famosa de Santander y tiene bien merecida su reputación. Se extiende más de un kilómetro a lo largo de la bahía y durante mucho tiempo ha sido el lugar favorito tanto de locales como de los acaudalados turistas que iban a la capital. De hecho, a pocos metros se encuentra el casino de Santander, quizá por si alguno necesitaba ahogar sus penas.
Palacio de la Magdalena
Este palacio está situado en un emplazamiento inmejorable, sobre la Península de la Magdalena. Fue construido por iniciativa popular para los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia y de paso hacer un poco la competencia a Donostia. Acabaron la construcción de su modesta residencia en 1912 y desde entonces hasta 1930 la familia real disfrutó de períodos vacacionales en ese palacete. Organizan visitas guiadas de 45 minutos en el que se pueden ver algunos de los elegantes aposentos. Actualmente es la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Podéis aparcar el coche en el parking que hay en la playa del camello.
Playa de los bikinis
Es una pequeña playa situado en la Península de la Magdalena, a los pies del Palacio de la Magdalena. Debe su curioso nombre al hecho de que durante los años 1960 las estudiantes extranjeras que estudiaban en la Universidad Menéndez Pelayo bajaban a bañarse en el arenal en bikini, algo completamente libidinoso en aquella época.
Muelle de las carabelas
Otro punto emblemático de la Península de la Magdalena es el muelle de las carabelas. Se trata de una especie de museo al aire libre con 3 galeotes utilizados por el aventurero cántabro Vital Alsar para cruzar el Atlántico en 1982. A su lado descansa una balsa utilizada por el mismo navegante para intentar llegar desde Ecuador hasta Australia, aunque fracasó en su intento.
Playa del Camello
Un poco más abajo de las carabelas hay un pequeño zoo con unas focas que mejor estarían en su hábitat y frente a ellas se encuentra la playa del camello. Se la conoce con ese nombre por una caprichosa formación rocosa que hay frente a la playa que recuerda enormemente la silueta de un camello. Es una zona habitual de jugadores de palas con un nivel como para avergonzar al mismísimo Rafa Nadal.
Museo marítimo del cantábrico
Continuando por el litoral se llega al centro de Santander, donde se encuentra el museo marítimo, el más prestigioso de la capital. Por fuera no llama especialmente la atención por su diseño, pero es un museo muy interesante, sobre todo si se va con niños. Alberga en sus instalaciones algunos esqueletos de ballenas y más de 20 acuarios con especies de todos los océanos. En definitiva, una buena opción para un día de lluvia.
Los Raqueros
Es un conjunto escultórico de aspecto naïf que muestra unos niños lanzándose al mar y que esconde una triste historia. Según parece, durante buena parte del siglo XIX y XX solían frecuentar el puerto algunos niños de escasos recursos que sobrevivían gracias a pequeños hurtos y a rescatar las monedas que les lanzaban al agua los ricos y pasajeros de los barcos. Un pasatiempo muy cruel a cuenta de los muchachos. Hoy en día todavía se utiliza el término raquero para referirse a personas maleducadas.
Palacete del embarcadero
A pocos metros de Los Raqueros se encuentra el Palacete del Embarcadero, un edificio de 1920 y que funcionó como estación de pasajeros. Actualmente es una sala de exposiciones. Junto a ella se halla la grúa de piedra que estuvo en funcionamiento durante buena parte del siglo XX y se ha mantenido para preservar la memoria del pasado industrial del puerto.
Centro Botín
Este moderno centro de exposiciones y artes escénicas abrió sus puertas en 2017 y ha contribuido a impulsar el desarrollo cultural de la ciudad. Cuenta habitualmente con una extensa agenda que podéis consultar en la web del Centro Botín. Aunque no entréis, podéis tomar un refresco en su terraza exterior con vistas al mar o disfrutar de su excelente restaurante.
Catedral de Santander
En realidad, la catedral de Santander son 2 iglesias superpuestas de estilo gótico. La iglesia baja, denominada “la Cripta”, fue levantada entre los siglos XII y XIII. Dentro de la iglesia se pueden contemplar restos de un asentamiento romano que apareció durante unas obras a finales del siglo XIX. La iglesia alta está en su mayor parte restaurada como consecuencia del incendio que sufrió en 1941. Por eso la mayor parte de la decoración procede de otras iglesias, incluido el retablo.
Plaza porticada
Su nombre original es la plaza de Pedro Velarde, pero todos la conocen como la plaza porticada por los soportales que rodean casi todo el perímetro. La mayor parte de los edificios circundantes corresponden a organismos públicos oficiales. En un lugar privilegiado está la estatua del mismo Pedro Velarde, un antiguo héroe cántabro de la Guerra de Independencia contra los franceses.
DÓNDE COMER EN SANTANDER
- Bodega Fuente Dé. El restaurante con mejor relación calidad/precio de Santander. Preparan comida casera de calidad sin experimentos ni artificios. Su especialidad son los cocidos, aunque también disponen de otros platos igual de ricos. Los lunes, miércoles y sábados sirven cocido lebaniego y los martes, jueves y viernes cocido montañés. Imprescindible reservar.
- Bar Abel. No está en la parte más turística de Santander pero merece la pena acercarse para probar pescado y marisco del cantábrico a buen precio. Especialmente recomendable el arroz con bogavante y el pulpo.
- Mercado municipal del Este. Esta ubicado justo detrás del histórico edificio del Banco de Santander. Allí encontraréis puestos de comida para llevaros a casa. El restaurante que hay dentro, La Casa del Indiano, ofrece buena comida a precios razonables.
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