Qué ver en Tallín en dos días o más
Tallin, la perla del Báltico, es una ciudad sumamente atractiva, quizá por ello es conocido también como la “Praga del Báltico”. Posee un casco antiguo medieval muy bien conservado con calles adoquinadas y torres que parecen sacadas de un cuento. Pero Tallin no es solo eso y bien merece una visita de dos días para relajarnos paseando por sus calles, tomarnos algo en sus siempre animadas terrazas, disfrutar de sus parques o irnos de compras por sus mercadillos o por las tiendas de su centro histórico. En este artículo os voy a contar qué ver en Tallin.
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20 cosas increíbles que ver en Tallin
Construida a orillas del mar, la capital estonia posee una situación estratégica y, quizá por eso, tiene una historia tan larga como convulsa. Desde su fundación en el siglo XIII, ha alternado períodos de cierta independencia con otros más largos en los que ha estado bajo el dominio de daneses, alemanes, suecos y rusos. Todos estos vaivenes han dejado su influencia en la cultura y fisionomía de la ciudad. Sin embargo, desde la independencia de la Unión Soviética en 1991, Tallin ha sabido sobreponerse a su pasado comunista y hoy en día es una ciudad moderna, cosmopolita y sumamente tecnológica.
Una visita de dos días se podría organizar de la siguiente manera. El primer día se puede visitar el casco antiguo de la ciudad. El segundo día podéis acercaros hasta la playa, ver el palacio de Kadriorg, los mercadillos o ver sitios que nos quedaron sin ver el primer día. También podéis aprovechar para comprar recuerdos y, sobre todo, disfrutar de sus terrazas y sus animadas calles. Para que no os perdáis nada, os dejo un mapa con todos los lugares de interés.
Centro histórico de la Ciudad antigua
El casco antiguo de la ciudad es uno de los mejores conservados de Europa y netamente orientado al turismo. Es por ello que en sus adoquinadas calles abundan los restaurantes, hoteles y tiendas de souvenirs. Sin embargo no es una mera ciudad ficticia de Disney destinada exclusivamente al turismo. Actualmente todavía hay gente que desarrolla su vida en las calles del casco antiguo aunque por el día se vean diseminados por todos los turistas.
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Plaza del ayuntamiento
Es el epicentro del casco medieval de la ciudad antigua de Tallin y está dominada por el edificio del ayuntamiento y su soberbia torre. Fue construido entre los siglos XIV y XV y por 3 € se puede ascender la torre aunque a veces el interior se encuentra cerrado por la celebración de reuniones oficiales. En el interior también se pueden visitar algunas salas como la Sala de Asambleas o la del Concejo.
La plaza está rodeada de típicos edificios de colores de arquitectura estonia y en los bajos de la mayoría de ellos hay restaurantes. Por la tarde es un lugar magnífico para tomarse una cerveza especialmente en verano, aunque los precios no son precisamente baratos.
Farmacia Raeapteegi Hoone
En la misma plaza del ayuntamiento nos encontramos con una de las farmacias más antiguas del mundo, la vetusta Raeapteegi Hoone. Su construcción data de 1422 y no fue renovada hasta 1996. Todavía hoy en día conserva frascos originales.
Catedral Alexander Nevsky
Es una majestuosa catedral ortodoxa, construida en 1900, y sus cúpulas negras son el punto más alto de la ciudad. Fue construida por orden del zar.
Para visitarla debemos ascender hasta la colina de Toompea por unos callejones en los que suele haber artistas callejeros. Frente a la catedral está el precioso edificio de correos y unos metros más allá se halla la catedral de St Mary.
Castillo de Toompea
Sobre la colina de Toompea ha existido una fortificación al menos desde el siglo XI, aunque la edificio actual data del siglo XVIII, cuando se realizó una amplia reforma y el castillo se transformó en palacio. No se puede acceder al interior, pero desde arriba se obtienen las mejores panorámicas de la ciudad. Muy recomendables especialmente al atardecer.
También en Toompea podéis acercaros a ver el edificio del Parlamento de la República de Estonia. Allí, además del edificio gubernamental, hay un mirador desde donde se divisa la zona de la estación de tren. En ocasiones no está permitido el acceso por reuniones oficiales.
Puerta Viru
El casco medieval de Tallin está amurallado y rodeado por imponentes torres coronadas con almenas rojas redondeadas. Una de las más fotogénicas son las de la antigua entrada a la ciudad amurallada por la puerta Viru. Os aseguro que os sentiréis como en un cuento de hadas.
Hoy en día da acceso a una de las calles más comerciales de la ciudad antigua y donde podremos comprar souvenirs típicos o algunos menos habituales como embutidos de oso u alce.
Pasaje de Santa Catalina
El pasaje de Santa Catalina (o Katariina käik) es probablemente la calle más fotografiada de Tallin. Rezuma aroma a medioevo con sus arcos que recuerdan a los arbotantes de una iglesia. A lo largo de la rúa hay algunos talleres artesanales donde podemos observar en directo el trabajo de los artistas y comprar algún regalo original.
Restaurante Olde Hansa
Para acabar de ambientarnos en plena Edad Media nada mejor que acercarse a comer al restaurante Olde Hansa. Conserva la estética medieval, tanto en la decoración como en el vestuario de los camareros.
El menú es a base de platos típicos estonios como salmón y otros más curiosos como salchichas de oso y jabalí. Además este local hará las delicias de los más cerveceros porque pueden probar algunas de facturación local, como la de miel o de hierbas. Los precios no son precisamente baratos (30-40€) para la comida que ofrecen pero merece la pena darse un homenaje.
Campanario de la iglesia de San Olaf
Las primeras referencias de la iglesia son de 1264, pero en el siglo XIV fue ampliamente reconstruida. La entrada al templo de Olav (Oleviste Kirik en estonio) es gratuita pero su verdadero encanto reside en el campanario de 124 metros de altura. Subir cuesta 3€ pero las hermosas vistas de 360º bien lo merecen. Desde allí arriba se obtienen unas de las mejores fotos de las murallas de Tallín.
Rodear las espléndidas murallas
Otra visita obligada es disfrutar paseando alrededor de las murallas. Por dentro de ellas podemos ir disfrutando de las tiendas y los talleres de los artesanos. A lo largo de iremos viendo numerosas torres defensivas, algunas de las cuales hoy en día hacen las funciones de tiendas o museos.
El recorrido por fuera de las murallas es sumamente relajante. Además de la estampa medieval podremos disfrutar con los jardines que adornan gran parte del camino. En uno de ellos hay una zona con elementos decorativos para los más peques.
Torre Margarita la Gorda
Si continuamos por el exterior de las murallas encontraremos la torre defensiva más imponente. Se trata de la torre de Margarita la Gorda, del siglo XVI. Tienen una altura de 20 metros y un diámetro de 25 metros, de ahí su nombre. Antiguamente se utilizaba como almacén de armas y pólvora, además de prisión. Actualmente alberga el museo de la marina y el mar.
Torre Kiek in de Kok
Otra de las torres defensivas más importantes es Kiek in de Kok. Fue consturida en 1475 y tiene 38 metros de alto. La traducción de su nombre sería “mirada a la cocina”, ya que desde aquí los soldados veían las cocinas de las casa del casco antiguo. Actualmente alberga un museo sobre los orígenes de la ciudad y posee algunas piezas antiguas de artillería.
Palacio de Kadriorg
Este palacio barroco fue construido entre 1718 y 1725 en honor a Catalina I de Rusia, aunque en realidad apenas lo visitó. Por su estilo y colores pastel recuerda al Palacio de invierno de San Petersburgo, pero mucho más pequeño. Se puede recorrer por dentro y contemplar sus glamurosas dependencias. Perfecto para visitarlo antes de ir a la playa.
Playa de Pirita
Si hace buen tiempo podemos aprovechar para acercarnos hasta la playa de Pirita, a unos 4 kms del centro. El trayecto hasta allí es un paseo muy agradable bordeando el mar. La playa es uno de los sitios preferidos de la población local, aunque hay que tener genes vikingos para poder soportar su temperatura. Junto a la playa hay un pequeño bosque donde esta el cementerio y un bonito embarcadero con numerosos barcos recreativos.
Mercadillos de Tallín
En diferentes partes la ciudad podemos encontrar mercadillos callejeros donde curiosear o comprar algún recuerdo. Estos son algunos de ellos.
Mercadillo del puerto (Sadama Turg)
Se encuentra junto al puerto donde atracan los ferries. Personalmente fue el que más me gustó. Algunos puestos de ropa no tenían demasiado interés pero otros eran más originales. Especialmente atractivos me resultaron los numerosos puestos con productos artesanos, sobre todo los de comida.
Entre otras cosas se pueden adquirir dulces, licores, verduras, frutos secos y embutidos. En algunos de ellos también ahúman salmón de manera tradicional, es decir, con pilas de leña. Y allí mismo, en un banco corrido, se puede degustar con una guarnición de acompañamiento por un precio muy asequible.
Crucero al atardecer por la bahía
No hay mejor y más romántica manera que acabar el día con un crucero por la bahía de Tallín. Un paseo inolvidable para ver la ciudad desde otro punto de vista. Puedes reservar AQUÍ.
Mercadillo de la estación de tren
Jaama turg es un mercado de verdura de campesinos locales. Si tenéis que ir a la estación de tren u os alojáis allí podéis acercaros allí a echarle una ojeada aunque no es muy grande. Desde esa zona también se tiene una vista muy bonita del Parlamento al atardecer cuando iluminan el edificio.
Mercado de flores de puerta Viru
Cuando vayáis a visitar la puerta Viru aprovechad para ver este colorido mercado que hay justo al salir. Todos los puestos abren diariamente y ofrecen una selección enorme de flores.
Hacer una excursión en barco a Helsinki
Puede parecer una locura, pero muchos viajeros (entre los que me incluyo) aprovechan para visitar Helsinki. El Trayecto entre ambas ciudades se realizar en barco en apenas 2:15 h. Si quieres más información sobre la capital finlandesa, puedes leer este post.